domingo, 5 de febrero de 2012

Decadencia a lo mas profundo del odio [Parte I]

No hubo disputas por el espacio, a ninguno tenía problema en estar en el suelo, lo que podría haber sido más preocupante era el hambre que nos atacaba; si la nevera hubiera podido sentir emociones habría estado aterrada ante el ataque de siete fieras como nosotros.

Lo primero era la comodidad, sin camiseta y descalzos por la casa. Extraña sensación, todos tan distintos y aun así... no se como se sentirían los demás al respecto, pero por mi parte, empezaba a sentir junto a ellos lo que era el calor de un hogar, y el abrigo de una familia.

Lyra, Skädi y yo saqueamos el frigorífico para empezar a preparar algo de cena, Zems acabó viéndose obligado a abandonar el sofá y a ayudarnos a sacar a Corvus, Therion y Driuk de la cocina. Juro que hubo instantes en los que creí que alguno sería atravesado por Lyra con el cuchillo de las verduras. Los chicos apartaron hasta un rincón del salón la mesa y el sofá, pusimos todos los platos en el suelo y nos sentamos dispuestos a comer, Skädi, haciendo acopio de modales trató de persuadirnos para que usásemos la mesa y nos comportasemos de forma civilizada, a la que Corvus reprochó entre risas que tanta comida no cabría en la mesa. No malgastamos mucho tiempo en palabras, el hambre estaba haciendo acto de presencia y entre todos hicimos desaparecer la carne a una velocidad impactante, las verduras duraron algo más.

Al fin era el momento de relajarnos, poner la televisión un rato, fumarnos un par de días del diario de Zems y olvidar la tensión. Ilusos de nosotros.

Al tiempo que nosotros encontrábamos una parte de nuestros corazones que ni sabíamos que existía, el rumor de una vieja leyenda, corría por las calles, y el tiempo esta vez rehusó de ser nuestro aliado.

Una escena que nos era muy familiar a todos los presentes excepto a Zems apareció en la pantalla haciendo saltar nuestras alarmas; una de las cámaras de tráfico había captado el accidente con aquel hombre, por suerte no con tanta resolución como pare reconocer nuestras caras, pero la calidad era lo suficientemente buena para distinguir la cola de Driuk, en los noticiarios especulaban con la idea de que esta fuese de algún perro que pasaba por allí o que nos acompañaba, pero a pesar de que nuestro secreto no estuviese desvelado del todo no estábamos tranquilos.

-¡Cojonudo!- dijo Zems entre risas con el cerebro saturado de marihuana- Me junto con el enemigo público número uno de Cephus, ¡me mola!

Tampoco yo me vi muy hábil para reaccionar, había fumado demasiado, mis movimientos eran lentos y torpes  con lo que al no conseguir gran cosa volví a sentarme en el suelo a esperar que se me pasase.

Escuché a todos hablar acerca de que deberíamos hacer y que no durante horas, los efectos de esa variedad de marihuana en si eran medicinales pero duraban muchísimo por lo que cuando Zems, Lyra y yo pudimos intervenir en la conversación ya estaba empezando a amanecer.

En Cephus no teníamos gran cosa que ganar pero lo podíamos perder todo, no podíamos permanecer allí así que cogimos todo cuanto creímos que podríamos necesitar y salimos corriendo hacia bosque antes de que la luz del sol obviara nuestra presencia, pero al llegar allí nos encontramos con más problemas.

Dos ciudadanos armados nos cortaban el paso, resultaba evidente que querían la recompensa que ofrecian por nosotros; no nos estaban esperando, era imposible que supieran que íbamos a aparecer, pero vieron la oportunidad en nosotros de recibir dinero por violencia gratuita y no quisieron perder la ocasión, dudo que nos hubieran reconocido por nuestras caras, pero no debió resultar difícil identificar a siete personas de apariencia y comportamiento extraño, más aun llendo todos juntos.

Uno de ellos llevaba una cadena, el otro un bate de baseball, el primero comenzó el ataque pero calló al suelo de rodillas apenas a un paso de Corvus. En un rápido movimiento Zems había cortado los tendones de sus piernas con la cuchilla incorporada en el arco de su violín. Reconozco que, no se bien por qué me gustó la visión de aquel hombre semi-inocente tendido el el suelo sangrando sin poder ponerse en pie y llorando de dolor, me quedé tan obnubilada con ello que no me di cuenta de que el segundo hombre se dirigía hacia mí y cuando me percaté ya había recibido el primer golpe y la sangre resbalaba por mi cara,otro golpe inminente venía en camino, suerte para mí que tropezó, calló al suelo y erró el golpe; tras de el vi que estaba aquel anciano ciego lanzando su moneda al aire.

Sonreí, no se por que lo hice pero sonreí, desde el suelo mi ahora aterrado atacante me miró, clavó sus ojos en los míos y en la fría sonrisa de mi rostro. Driuk se acercó un paso y eso fue suficiente para hacerle abandonar a su amigo a su suerte y huir lo más rápido que pudo, no había interés en dañar más al rezagado, Skädi llamó a una ambulancia y proseguimos nuestro camino antes de que esta llegara, el anciano había desaparecido de nuevo. Confieso que en aquel entonces, hubiera deseado evitarnos la ambulancia, y haberle matado allí mismo.

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