sábado, 5 de noviembre de 2011

El extraño anciano ciego [parte II]

Cuando llegamos a la zona más espesa que encontramos nos paramos a descansar, Lyra no había hablado desde hacía un rato, ni siquiera para quejarse de la herida, sin embargo que no se quejase no significaba que la herida no fuese grave.

-Deberíamos volver, esa herida está sangrando mucho, probablemente Lyra necesite puntos de sutura.-dijo Skädi

-No es nada… de verdad- murmuró Lyra en un tono casi inaudible

-Estoy de acuerdo en que deberías curarte esa herida, pero ¿cómo vamos a explicar un apuñalamiento en el brazo sin que nos investiguen?, en cuando nos descubran podemos darnos por material de museo y coleccionista- comentó Driuk

Estaba empezando a anochecer y no teníamos mucha idea de que era lo que teníamos que hacer a continuación, además ni Therion ni yo podíamos parar de pensar quien era ese anciano y por qué se nos parecía conocido.

-Nuestra prioridad es curar esa herida, vamos- dije poniéndome en pie y echando a andar sin esperar a los demás

-Raksha… ¿Qué vamos a decir en el hospital?- Preguntó Corvus

Me giré esbozando una pequeña sonrisa – creo que ya se lo que vamos a hacer- Me quede mirando pensativa a Therion y a Skädi un minuto.

¿¡Que!?- replicaron ambos al unísono.

Si, ya sabía lo que íbamos a hacer.

-Driuk y Corvus acompañad a Lyra a su casa, y que recoja todo lo que necesite para pasar unos días fuera- comencé a decir

-¿Eh? ¡Pero,no!¿Por qué?-intentaba replicar Lyra

-Pasa un par de días con nosotros, verás que no somos tan malos. No solo me preocupa tu herida, un hombre acaba de ser atropellado, la policía hará preguntas, tú estabas ahí como nosotros, no vamos a dejar que te atrapen.- contesté
A Lyra seguía sin hacerle gracia tal robo de su libertad e independencia pero parece ser que lo aceptó porque no se opuso.

-Skadi; Therion y tu sabéis de medicina ¿cierto?-pregunté

- Bueno yo soy veterinaria, algo se, obviamente- contestó ella

-Yo soy A.T.S en el equipo de salvamento de montaña- comentó Therion

-Perfecto- dije mirándoles a ambos con una sonrisa de complicidad

 Skädi miró a Lyra un instante, luego se acercó a ella y la cogió la mano

-Vamos a ver esa herida- dijo Skädi al tiempo que apartaba la otra mano de Lyra de encima de la herida- efectivamente, creo que vas a necestitar puntos de sutura, pero hasta que consigamos algo, improvisaremos algo para el camino

Skädi lavó la herida con un poco de agua. Todos estábamos ya listos para ponernos en marcha, solo faltaban ellas dos.

-Therion, por favor preguntales si alguno lleva algo con lo que podamos cubrir la herida- le pidió Skädi

Empezamos a buscarnos por los bolsillos,  pero esta era una excursión improvisada y con demasiados improvistos, no llevábamos gran cosa.

-¿Servirá esto?- pregunté desatándome el pañuelo de la frente y dándoselo a Skädi.

-Puede que para un rato, pero después habrá que sanar bien la herida- me contestó mientras lo enrollaba en la muñeca de Lyra.

-¡Pues manos a la obra! Gritó Corvus a nuestras espaldas con su optimismo habitual.

Nos vemos en una hora en la puerta del wicked wolf, quedamos todos y cenamos allí- dijo Corvus.

Skädi fue a por material para curar a Lyra, Corvus y Driuk la acompañaron a casa a recoger sus cosas, Therion y yo nos dimos una vuelta por la arboleda, cruzamos el puente y buscamos por los alrededores en busca de ese viejo tan extraño.

miércoles, 2 de noviembre de 2011

El extraño anciano ciego

Caminábamos a paso ligero, Lyra caminaba la última, manteniendo las distancias, absorta en sus pensamientos, delante estaba Skädi quien tropezó más de una vez por ir más pendiente de Lyra que de sus pies, a la cabeza del grupo Corvus y Therion seguían incansables hablando de todo cuanto les había pasado en este tiempo sin  verse, Driuk corría y saltaba exhibiendo su agilidad un poco más restrasado que ellos, yo caminaba en medio del grupillo pensando en mis cosas y escuchando la música de mi mp3 haciendo caso omiso a la realidad.

Ya quedaba poco para llegar, o eso llevaba diciendo Therion media hora.

-Allí está, ¿ lo veis? ¿os gusta? en cuanto crucemos ese puente sobre la carretera estaremos- dijo Therion con una sonrisa de satisfacción en la cara.

Efectivamente, en cuanto alzamos la vista todos pudimos ver una carretera y sobre esta un puente que finalizaba en una arboleda preciosa. He de reconocer que esa visión nos arrebató a todos unas sonrisas, incluso a Lyra.

Ya caminábamos por la mitad del puente cuando decidí sentarme unos segundos en la barandilla de este, cerrar los ojos y alzar la cabeza para sentir la brisa golpear mi cara. Cephus era una ciudad contaminada, pero nos habíamos alejado lo suficiente como para que el viento no arrastrase su hedor hasta nosotros.

La gente que pasaba por el puente comenzaba a incomodarse con nosotros, aun no entendíamos muy bien porque, todos comenzamos a mirar alrededor y luego unos a otros.

-¡Driuk la cola!- exclamé

Estaba tan absorto por la euforia del momento que olvidó preocuparse por seguir pareciendo humano, pero parecía que teníamos otros problemas, el sol de media tarde hizo destellar breve e intensamente una afilada hoja que se dirigía a la espalda de Driuk, antes de que los demás pudiéramos siquiera reaccionar Lyra había agarrado a nuestro agresor por la muñeca para que no pudiera herirnos pero se hizo un pequeño corte en el brazo al sujetarle. Desarmó al hombre, lanzó lejos el cuchillo y le soltó con un gesto de desprecio haciéndole caer al suelo.

-¡Perros sarnosos! ¡Asesinos! llevo escuchando historias sobre monstruos como vosotros desde que era niño, ¡acabaré con vosotros, no dañareis un humano más malditos sanguinarios! ¡Acabaré con vosotros, haré justicia!

La boca comenzaba a saberme a sangre, los humanos habían asesinado todo cuanto alguna vez amamos sin motivo y ahora nos llamaban asesinos e intentaban matarnos llamando justicia a la cruel e impía matanza a la que sometieron a nuestra familia. Empezaba a tener ganas de matarle yo a él.

-Parece que has fallado en tu acto de ajusticiamiento- dijo alguien a nuestras espaldas

Al mirar en su dirección vimos un extraño anciano, ciego, vestido con ropa sencilla, a su lado un perro guía, tenía el bastón en una de sus manos, metió la otra en el bolsillo y saco una moneda muy antigua que lanzó al aire.

-Casi matas a quien no ha cometido ningún crimen, eso no es justicia, por tanto ¿mereces ser ajusticiado?- preguntó el ciego mientras la moneda rotaba en el aire hasta que finalmente cayó.

Fuera de si, el hombre se levantó con el puño en alto dispuesto a atacar pero cuando trató de avanzar tropezó y se calló a la carretera pasándole un coche por encima. Todos miramos la escena desde arriba con asombro e incluso algo de miedo, parecía seguir vivo y estaba siendo atendido por algunos conductores que pararon a auxiliar al accidentado.

-Deberíais iros, no tardarán mucho en buscar culpables, no os convienen mas problemas- dijo el viejo.

Extrañamente al instante siguiente no había rastro de él. Abajo ya había llegado una ambulancia.

-No tenemos nada más que hacer aquí dijo Skädi, lo más sensato es irnos antes de que nos culpen de esto y nos metamos en líos.

Ninguno de los demás mediamos palabra, comencé a correr hacia la arboleda seguida de los demás, traté de pensar que debíamos hacer a continuación; a decir verdad creo que todos estábamos pensando en ello.